Las declaraciones recientes de la exministra socialista de Vivienda María Antonia Trujillo en el marco de una conferencia en la Universidad Abdelmalek Essadi de Tetuán nacen del desconocimiento y el desprecio a la historia. Ningún país en el mundo tiene derecho a violentar a la fuerza y a base del chantaje la frontera de un país vecino. Las imágenes de menores marroquíes invadiendo la ciudad de Ceuta en mayo del 2020 sigue en nuestra memoria al igual que la ocupación militar del Sáhara Occidental mediante la Marcha Verde en octubre de 1975 y el intento de invadir el suroeste de Argelia en 1963 en la conocida Guerra de las Arenas.

Estos datos son incuestionables al igual que el intento de impedir la independencia de Mauritania por parte del Reino de Marruecos. Ningún país que se respeta puede reclamar territorios que nunca formaron parte de él. Marruecos se independizó de Francia en 1956 con Mohamed V como rey, luego llegó al trono Hasan II y después Mohamed VI.

La dinastía alauí apoyada por el partido marroquí del Istiqlal empezó reclamando territorios soberanos pertenecientes a países reconocidos por las Naciones Unidas como son Argelia, España y Mauritania. Luego comenzó con la reclamación del territorio no autónomo del Sáhara Occidental. Hasan II llevó el caso a la Corte Internacional de la Haya, aquella corte dictaminó con toda claridad que no había ningún vínculo entre el pueblo saharaui y el sultán de Marruecos que pudiera impedir el ejercicio del derecho a la autodeterminación.

(…)