
Entradilla. En una jornada marcada por el bloqueo fallido del Parlamento Europeo —que, pese a tener mayoría en contra, no alcanzó los 361 votos necesarios para detener la reforma del etiquetado propuesta por la Comisión Europea—, UCAN ha advertido de las “consecuencias perjudiciales” de una revisión que favorece abiertamente a Marruecos y contribuye al borrado del Sáhara Occidental en los mercados europeos. Las cooperativas navarras denuncian que Bruselas está forzando los límites de la legalidad para legitimar la ocupación marroquí a través del comercio.
La coincidencia no es casual. Mientras en Estrasburgo se consumaba un revés histórico para la transparencia —una objeción respaldada por la mayoría simple del pleno que cayó por un solo voto al no alcanzar el umbral absoluto—, UCAN hacía público su análisis: la reforma del Acuerdo de Asociación UE-Marruecos pretende permitir que productos procedentes del Sáhara Occidental se presenten como originarios de “regiones administrativas” marroquíes. Un mecanismo que vulnera frontalmente la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE y que abre la puerta a una confusión deliberada entre consumidores.
UCAN subraya que todo esto ocurre mientras Marruecos se consolida como el principal proveedor de frutas y hortalizas para España: 3.701 millones de euros hasta agosto, un 14 % más, y ya un 26 % del total importado. Tomate y pimiento siguen dominando, con un avance notable del aguacate y la judía verde, buena parte de ellos producidos en territorio saharaui ocupado bajo condiciones que jamás pasarían los estándares europeos.
Por eso las cooperativas navarras reclaman la aplicación inmediata de las llamadas “cláusulas espejo”. Si al agricultor europeo se le exige cumplir estrictas normas sociales, laborales y ambientales, no es aceptable que las importaciones marroquíes —incluidas las procedentes del Sáhara Occidental— se beneficien de reglas mucho más laxas. Permitirlo significa legitimar el dumping agrícola y debilitar aún más a un sector europeo sometido a regulaciones crecientes.
El análisis de UCAN va más allá del etiquetado. La organización denuncia que la propuesta de Bruselas ampliaría los aranceles preferenciales a productos del Sáhara Occidental y trasladaría a las autoridades marroquíes la certificación de origen y conformidad. Esto, advierten, reduce la transparencia, erosiona la confianza del consumidor y entrega a Rabat un control político y comercial sobre un territorio que la ONU considera “distinto y separado” del Reino de Marruecos.
Por todo ello, UCAN reclama que el Parlamento Europeo corrija esta deriva en los siguientes pasos legislativos y que Bruselas respete sin ambigüedades la legalidad internacional. La advertencia es clara: la reforma de la Comisión no es un ajuste técnico; es una operación política que combina opacidad, competencia desleal y el intento de normalizar la ocupación del Sáhara Occidental a través de los mercados europeos.
Fuente: AGENCIAS
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