Texto: Mohamidi Fakala, escritor y periodista saharaui. Cuadro del artista saharaui Fadel Jalifa
Esa inmensidad de arena que ha despertado la autenticidad de su sueño a lo largo de todos los confinamientos de peor naturaleza que las enfermedades mortíferas o la dureza de un exilio perpetuo, todo ello lleva a reflexionar para poder alcanzar la alborada de estos tiempos turbios. Hay dolencias mayores que han calado instintivamente en toda esa relación existencial tomando como ejemplo la pérdida de su tierra natal a causa de una pandemia que ha arrasado con todos los aspectos de la vida de un pueblo desde hace más de cuatro décadas, sin juicio ponderoso. Sin embargo, resulta tedioso el prolongamiento de tanto sufrimiento en la dureza del tiempo que parece no tener fin como una secular permanencia ligada a borbotones del anuncio de una coacción de comportamiento en el que se han visto alterados toda una gama de ritos y tópicos. En esa quietud impositiva el señor Beduino se ha encontrado abatido a solas como un rehén y mira sus alargados pasos detrás de los hatajos del que se nutre y que quedaron en un instante gobernados por la insolencia de los mayores.
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