El programa ‘Vacaciones en Paz’ vuelve a ser un puente de solidaridad entre la Comunidad foral y el Sahara, permitiendo que 93 niños y niñas saharauis de 6 a 13 años pasen el verano en tierras navarras. Este viernes, 22 de estos menores fueron recibidos en el Ayuntamiento de Pamplona en un emotivo acto presidido por el alcalde Joseba Asiron.

El programa, que se viene realizando desde 1997, tiene como objetivo ofrecer a estos niños y niñas una vía de escape temporal frente a las altas temperaturas que sufren en esa zona desértica en esta época del año y que muchas veces exceden los 55 grados y romper la rutina diaria del campamento de refugiados de Tindouf. Este año llegaron a Navarra el 3 de julio y se marcharán el 3 de septiembre.

Durante la recepción, Asiron subrayó la importancia de este proyecto, destacando que “los niños saharauis son embajadores de un pueblo que lucha por su dignidad y justicia”. El alcalde agradeció el incansable trabajo de la Asociación Navarra de Amigos del Sahara, que ha sido el nexo entre los pueblos desde hace más de 25 años. “Sin la dedicación de la asociación y la generosidad de las familias navarras, este programa no sería posible”, afirmó Asiron, señalando además la importancia de seguir apoyando al pueblo saharaui en su lucha por la autodeterminación.

Por su parte, Hamadi Aomar, delegado saharaui en Navarra, expresó su gratitud hacia el Ayuntamiento y la sociedad navarra por su continuo apoyo. “Navarra ha sido vanguardia en la defensa de los derechos humanos del pueblo saharaui y en la presión internacional para que se reconozca nuestro derecho a la autodeterminación”, declaró Aomar, quien también resaltó la dimensión política de la acogida de los niños, calificándolos como “pequeños embajadores sin corbata” de una causa justa.

José Ochoa, presidente de la Asociación de Amigas y Amigos del Sahara, también tomó la palabra para recordar las duras condiciones a las que se enfrentan las familias saharauis. “Los padres de estos niños pueden estar en la guerra en este mismo momento. Es crucial que sigamos hablando de esta situación y que más familias se sumen a este programa”, afirmó Ochoa.

Los niños que acudieron, ya que otros se encontraban fuera con sus familias de acogida, recibieron a la conclusión del acto unas mochilas con materiales para colorear y recuerdos de San Fermín, como símbolo de la bienvenida de Pamplona a estos pequeños que, durante dos meses, encuentran en Navarra un refugio donde disfrutar sin preocupaciones.