Hoy estaríamos celebrando con normalidad y algo de rutina el Día del Libro Infantil. No, no tenemos ni normalidad, ni rutina, pero hoy más que nunca entendemos la importancia de la lectura para los niños. No se puede pensar el futuro sin literatura. En Bubisher no nos hemos empeñado solo en llevarles libros a los campamentos, en levantar bibliotecas en la hamada. Queremos que los niños y niñas saharauis, los jóvenes, también escriban. Porque escribir es ir construyendo un ser humano nuevo, mejor, solidario, generoso. Y de esa energía invisible surgirá una nueva humanidad. “El niño de luz de plata” y “Arena y Agua” son un buen ejemplo.
Hoy no les vamos a decir a los niños de los campamentos que lean, confinados en sus jaimas. Ya se lo decimos todos los días del año. Les vamos a decir que escriban, que necesitamos sus sueños como combustible para esta locomotora humana que tiene que aprender a ir más despacio, a mirar más el paisaje, a charlar con sus compañeros de viaje, a escucharles, a quererles. Los occidentales hemos aprendido mucho de la cultura del desierto, tan generosa y hospitalaria. Tal vez sea la hora de que los niños y los jóvenes saharauis nos digan cómo conservar esa tradición cultural, en peligro en este inicio de siglo. El siglo no será igual ya. Será como vosotros creáis que puede ser. O como podemos intentar que sea entre todos. Dependemos de un sueño. El mejor libro infantil, en su día internacional, es el que tú puedes escribir en un cuaderno, con un bolígrafo. Hoy, en esa jaima, en la tuya. Lo esperamos.
Origen: Bubisher DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL