Marruecos hizo una batalla para que no salga nada efectivo del Consejo, apoyado por sus aliados que le permitieron seguir obstaculizando e impidiendo un proceso de paz neutral, lo que revela una vez más la inutilidad de la ONU en este conflicto al estar, de forma fáctica, del lado marroquí. Rusia condenó la decisión de Trump y pidió a Estados Unidos que la cancele». Reino Unido mantuvo su posición de que la única solución es la celebración de un referéndum. Kenia defendió enérgicamente la mediación de la Unión Africana. Irlanda, miembro no permanente del Consejo, afirmó su pleno apoyo al «derecho a la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental». En la misma línea, otros países, miembros no permanentes, también mostraron su total apoyo a una solución justa que garantice el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Evidentemente, tal y como apuntó Sidi Omar en declaraciones posteriores, el Consejo de Seguridad ha perdido una gran oportunidad para encauzar la descolonización del Sáhara Occidental y deja las puertas abiertas a la escalada militar que se cierne sobre la región ya inestable.