La negativa del Gobierno de secundar a Trump en su reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara y la presencia en un hospital español del líder del Frente Polisario desata la ira de Rabat, que facilita la llegada de golpe de 8.000 civiles migrantes marroquíes a Ceuta. El Gobierno español reacciona desplegando al Ejército en la frontera. La embajadora marroquí en Madrid, llamada a consultas.
Las siempre complejas relaciones bilaterales entre los Estados español y marroquí pasan por uno de los peores momentos que se recuerdan. Una crisis poliédrica, de causas diversas, se materializaba en la madrugada de este martes con la llegada de unos 8.000 inmigrantes (unos 1.500 menores, según el presidente de la ciudad autónoma, Juan José Vivas) a Ceuta ante la pasividad y con la colaboración de las fuerzas policiales marroquíes del otro lado de la frontera. Una operación orquestada desde el régimen alauí, tal y como desvelaba la propia embajadora marroquí en unas declaraciones a Europa Press. Para Karima Benyaich, las relaciones entre Estados están basadas en una serie de actos que tienen consecuencias, y estas consecuencias «se tienen que asumir».
Mi crónica de lo de ayer.
— Sato Díaz (@JDSato) May 19, 2021
El conflicto saharaui vuelve cíclicamente a la actualidad política española y lo seguirá haciendo hasta que se busque una solución, pues España es la responsable de su descolonización.
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