«Todos seríamos más pobres sin Aminetu». Esta frase la incluía el Premio Nobel de Literatura, José Saramago, en una misiva enviada al aeropuerto de Lanzarote en noviembre del 2009. Aminetu Haidar cumplía una semana en huelga de hambre. Marruecos había denegado su entrada al Sáhara Occidental en avión al marcar en la casilla «nacionalidad saharaui». Fue devuelta por Marruecos, sin pasaporte, aceptada en connivencia por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (¡sin pasaporte!) y la activista inició su protesta. La solidaridad del mundo de la cultura español y la implicación internacional hicieron que su caso diera la vuelta al mundo. 32 días después, pudo regresar a su hogar en el Sáhara, cuando su salud parecía hundirse, cuando llevaba semanas abriendo telediarios. Venció David frente a Goliath.

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