El abandono español del Sáhara Occidental, la que hasta 1975 fue su provincia 53, y la posterior ocupación del mismo por Marruecos y Mauritania, dieron lugar a uno de los mayores éxodos humanos de la historia reciente del norte de África. Según el Comité Internacional de Cruz Roja, tan sólo entre los meses de diciembre de 1975 y enero de 1976 unos 40.000 saharauis se internaron en el desierto huyendo de la invasión extranjera e incorporándose a los campamentos “temporales” que el Frente Polisario estaba construyendo en el inescrutable interior del Sáhara, allí donde la hostilidad del clima y el terreno disuadían de entrar a mauritanos y marroquíes.
El 27 de febrero de 1976 el pueblo saharaui proclama la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) un Estado nacido a caballo entre el exilio y la guerra; un pueblo escindido entre quienes permanecieron en territorios ocupados y quienes abandonaron todo. Comenzaba la titánica labor de construir un Estado con ese doble condicionante, exilio y guerra. El objetivo fundamental, garantizar “una vida digna” a la población saharaui, en palabras de los dirigentes del Polisario.
La sanidad fue uno de los pilares del nuevo Estado, no solo por deseo sino por necesidad. Asentados en la rocosa y adversa hammada de Tinduf,(el desierto de los desiertos como lo llaman los autóctonos), territorio argelino fronterizo con el Sáhara Occidental y Mauritania, comenzaron a crearse las bases de un sistema sanitario de subsistencia sostenido, fundamentalmente, gracias a la mujer saharaui, que edificó las nuevas instituciones mientras el hombre permanecía en el frente.
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🇪🇭¿Cómo garantizar la salud a un pueblo que vive en el desierto en plena guerra por su independencia? @NestorVFC analiza en este reportaje como la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) ha construido un modelo sanitario pese a su situación de exilio.https://t.co/i58Ceft1BI
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) October 23, 2021
Origen: Sanidad en el exilio: el reto del pueblo saharaui | Descifrando la Guerra