La mayor parte de los niños que eran invitados por Cuba a estudiar en la isla, desde los 10 años hasta la graduación en una carrera, querían ser médicos. Habían crecido en una cultura combativa que sabía que los dos pilares de un país son la sanidad y la educación. El 100% de los niños ya estaba escolarizado, y la sanidad era pobre, pero digna, gratuita, y para todos. De aquellas generaciones que pasaron por la Isla de la Juventud, La Habana y Santa Clara salieron muchos, muchísimos médicos. Cuántas vidas salvarían, cuántos niños pudieron llegar a adultos gracias a la determinación del pueblo saharaui y a la generosidad sin límites del cubano. Como esos médicos que llegaron a Italia desde La Habana diciendo que “la solidaridad no es dar lo que te sobra, sino compartir lo que tienes.» A pesar del bloqueo, aún se siguen formando chicos saharauis en la sanidad cubana. Muchos de ellos esperan en España una convalidación de sus estudios, que no acaba de llegar por ese mismo bloqueo. Ahora ofrecen su trabajo en nuestros hospitales, tan necesitados de buenos médicos, tan buenos como los cubanos, a cambio de esa convalidación. Veremos. Si llegara, llegaría también un siroco caribeño a los hospitales más necesitados, a las plantas con más riesgo. Y es que la historia nunca cuenta los detalles.
Origen: Bubisher EL DÍA DE LA SALUD Y LOS MÉDICOS “CUBARAUIS»