Bubisher – ¿FINAL DE LAS VACACIONES?

Bubisher – ¿FINAL DE LAS VACACIONES?

En estos primeros días de septiembre, cientos de escolares saharauis han ido regresando a sus campamentos para reencontrarse, en primer lugar, con sus padres y hermanos. Unos habrán pasado el verano en la badia, con sus abuelos, que tienen allí instalada su jaima. Son lugar y compañía deseados por adolescentes y jóvenes saharauis (recuerdo que en una ocasión pregunté a un adolescente, hijo de persona principal, y que estudiaba en Wisconsin,  que dónde prefería vivir, si en Wisconsin o en los campamentos. Respondió que en los campamentos. Abundé en la pregunta, ¿en los campamentos o en la badia? No vaciló en la respuesta: en la badia, con mi abuelo). Un tiempo para vivir la condición de beduino que, por origen y por cultura, todo saharaui lleva dentro, con el abuelo como mejor maestro de la tradición nómada; Unos cuantos miles han vuelto a sus jaimas desde pueblos y ciudades europeos, sobre todo de España, donde han disfrutado dos meses a salvo de temperaturas infernales, en virtud del Programa Vacaciones en Paz. Un tiempo en el que han vivido sueños soñados mientras los vivían. Algunos habrán regresado de la ciudad de Tinduf, a donde se desplazaron con sus familias, donde el rigor climático no es mucho más liviano, pero donde hay más recursos para defenderse de él que en los campamentos.

A todos ellos les esperaban miles de adolescentes que se vieron obligados a soportar el verano de la hammada, bien por no poder haber podido participar del Programa Vacaciones en Paz, por razones de edad; bien por no tener un abuelo en la badia; bien por carecer de los medios suficientes para veranear en Tinduf, si apenas les alcanza para sobrevivir en el refugio.


¿QUÉ HAY ALLÍ, AL FINAL?– BUBISHER. Gonzalo Moure


Los que se quedaron no tendrán mucho que contar, pero sí mucho que escuchar, y a muchos les traerá el recuerdo por haberlo también vivido en otros veranos, sobre todo de quienes regresaron de la badia o de España. Se me antoja que el relato de los primeros es el de unas vivencias de alguna hondura emocional, por la cercanía del abuelo ejerciendo de maestro de vida, de un modo de vivir, conforme a la naturaleza de la tierra y la cultura, que son las suyas, y donde no faltan leyendas, en las que la realidad se compadece con la fantasía. Distinto será el tono de quienes se fueron más allá de los límites, no ya de los campamentos, sino también de su desierto. Su relato no lo será tanto de vivencias gozosas, como de experiencias placenteras el que compartan con sus familias, vecinos y amigos.

No serán pocos los que se reúnan cada día en esos espacios de convivencia y aprendizaje, que son las bibliotecas Bubisher, tan pronto como sus responsables abran sus puertas y, en ellas, orientados por las bibliotecarias, transformen sus vivencias y experiencias vacacionales en cuentos, dibujos, representaciones, juegos, en los que la realidad y la fantasía convivan. Unos mundos, las bibliotecas Bubisher donde seguir soñando despiertos. El regreso a las bibliotecas Bubisher no es una vuelta a la rutina, sino el modo más seguro, feliz y provechoso de hacer quiebros a la rutina y requiebros a la alegría de vivir. Como en vacaciones.

Fernando Llorente

Origen: Bubisher ¿FINAL DE LAS VACACIONES?