“Nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que perpetúa el robo de la patria saharaui por el reino marroquí y mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.
¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?»
Eduardo Galeano, «Espejos», 2008
La Tierra, ese planeta que habitamos y maltratamos, no tiene las divisiones que como heridas de cuchillo aparecen en los mapas. Por sus venas solo corre el agua de los ríos, de las fuentes, de los arroyos, aunque a veces se tiñan de rojo por la insensatez de una de las miles de especies que habitan en su superficie. Y algunos extraños monstruos de esa especie levantan muros, fabrican jaulas, construyen cárceles para sus propios congéneres. Dicen que son los seres más inteligentes y evolucionados de todos los habitantes de este planeta, dicen que entre ellos hay diferentes categorías, que el color de la piel y el del dinero les marcan como seres de primera, segunda o tercera categoría. Hacen que detrás de esos muros bien armados para que sean infranqueables, sobrevivan o mueran miles de personas a las que han invisibilizado.
Pero no toda la especie humana es así. También hay gente como tú que lucha para que este hermoso planeta no muera, para que todos sus habitantes sean dignos de vivir en paz, para que pueblos como el saharaui dejen de ser invisibles. Para que todos y cada uno de nosotros podamos gritar sin miedo la palabra libertad.
P.A.