El conflicto desencadenado entre Marruecos y el Sáhara Occidental, tras la ruptura del alto el fuego en Guerguerat el pasado viernes, afecta ya a la población civil saharaui ajena al enfrentamiento militar. La presión va más allá de las hostilidades surgidas entre los dos bandos, que comenzaron en la franja de cinco kilómetros desmilitarizada entre el Sáhara Occidental y Mauritania y se extiende a las ciudades saharauis, donde se están produciendo redadas y detenciones de civiles, según denuncian varias organizaciones de activistas saharauis.