En el pleno del Congreso de los Diputados Pedro Sánchez ha reconocido este miércoles que la estrategia pasa ahora por dispensar un trato exquisito a Marruecos. Se impone el silencio en todo lo que resulte incómodo al monarca alauí. «Vamos a evitar todo aquello que ofende a la otra parte», ha señalado el presidente del Gobierno. Horas después, el PSOE ha escenificado la consigna plantando a Sultana Khaya, la principal activista de derechos humanos saharaui que acaba de llegar a España desde los territorios ocupados por Marruecos tras sufrir meses de vejaciones y acoso.

Ningún miembro de la bancada socialista ha acudido a la reunión de los diputados y senadores del intergrupo de apoyo al pueblo saharaui celebrada este miércoles con Sultana Khaya, el rostro del exilio interior saharaui que ha padecido año y medio de ataques y hostigamiento en su vivienda de Bojador. Fuentes del Frente Polisario han confirmado a El Independiente que el PSOE ha sido el único partido que ha optado por no acudir al encuentro. Su llamativa ausencia es recurrente desde el pasado abril, semanas después del giro copernicano en el contencioso saharaui. «Han dejado de acudir», advierten fuentes saharauis.

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