Proclamada en 1976, el día de la retirada del último soldado español, después de la lucha del ejército de liberación nacional, la República Saharaui es un país que se ha construido y al mismo tiempo se enfrenta a la ocupación extranjera de gran parte de su territorio. La RASD es miembro fundador de la Unión Africana y ha sido reconocida por 84 países. Carece de asiento en las Naciones Unidas pero se sentará junto a todos los Estados miembros exactamente de la misma forma que ahora es una realidad dentro de la organización continental. Nuestro territorio está dividido por un muro de ocupación que separa el territorio en dos; Una zona liberada y otra ocupada. Desde 1975, fecha de agresión extranjera, parte de nuestra gente está refugiada en territorio argelino. A pesar de la inmensidad de los recursos naturales de nuestro país, las condiciones socioeconómicas del pueblo saharaui son muy difíciles dada la situación de guerra y el saqueo de nuestros recursos naturales por parte del ocupante.
La República Saharaui y el Frente Polisario colaboraron durante tres décadas, y de buena fe con la ONU y la OUA / AU para facilitar la implementación del Acuerdo de paz que tenemos firmado desde 1991 con la otra parte. Marruecos incumplió sus compromisos debidamente firmados y bloqueó el referéndum de autodeterminación previsto por dicho acuerdo de paz conocido bajo el nombre del Plan de conciliación. Marruecos ha hecho de todo en los últimos años para legitimar su hecho consumado, y yo trabajé incansablemente para cambiar la naturaleza del conflicto. Es este estado de cosas que han provocado hoy el regreso a la guerra, el 13 de noviembre de 2020, tras la violación por Marruecos de los términos del alto el fuego y el acuerdo militar número No. 1.
Más bien, no es el activismo marroquí el que hizo que la República Saharaui haya guardado silencio, últimamente es más una demostración de buena voluntad para ayudar a las Naciones Unidas y a su misión para el Referéndum en el Sáhara Occidental para cumplir con su tarea de organizarlo, lo que tal vez nos haya observado cierta reserva y prudencia que consideramos útil en el contexto de nuestra cooperación con Naciones Unidas. Lamentablemente, la complicidad con el ocupante dentro del Consejo de Seguridad son hechos que han hecho fracasar, hasta ahora, los loables esfuerzos de la comunidad internacional con el objetivo de poner fin a este proceso de descolonización inconcluso.
El problema empezó cuando el poder colonial español no cumplió su mandato como claramente definió en conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, y que consiste en descolonizar el territorio a través del ejercicio de su población del derecho a la autodeterminación e independencia.
Los padres fundadores de la OUA consagraron estos principios a nivel de estándares obligatorios por su importancia estratégica fundamental. Marruecos se unió a la Unión Africana después de 33 años de ausencia, ahora se sienta al lado de la República Saharaui. El Consejo de paz y seguridad de nuestra organización continental acaba de llamar los dos países miembros de la Unión Africana para entrar en una negociación y hallar una solución justa y pacífica sobre la base del derecho a autodeterminación e independencia del pueblo saharaui y de conformidad con el artículo 4 del Acto Constitutivo que prohíbe precisamente la violación de las fronteras reconocidas internacionalmente y la adquisición de territorios por la fuerza. Nosotros aceptamos la decisión de Consejo de Paz de la Unión, mientras Marruecos anunció lo contrario. En cualquier caso, la República Saharaui se ha tomado su libertad, después de que la otra parte liquidase el plan de paz, de asumir la responsabilidad de la reanudación de la guerra. Continuaremos nuestra legítima lucha hasta el final de la ocupación ilegal de nuestros territorios por parte de nuestro vecino del norte.
Podemos recordar que la acción de las Naciones Unidas se ve debilitada por los intereses de algunos de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Paradójicamente, el lugar para hacer las paces ayudó al regreso de la guerra. Esto es muy grave. La credibilidad de la organización ha sido severamente perdida ante los ojos del mundo y del pueblo saharaui, que tanto confió en las Naciones Unidas para una solución pacífica y democrática. Tres décadas de intentando organización el referéndum de autodeterminación es algo enorme. Le tomó mucho esfuerzo y