Las lluvias torrenciales que están cayendo en los campamentos de refugiados saharauis han arrasado uno de estos asentamientos donde sobreviven al menos cuatro niñas y un niño del programa Vacaciones en Paz. La pamplonesa Nerea Sáez Baztán, madre de acogida de Leftam, cuenta cómo se está viviendo la situación desde Navarra
«Mamá, el campamento se ha convertido en un río con olas”. Este fue el mensaje que Leftam, de 10 años, envió el 23 de septiembre a su madre de acogida, Nerea Sáez Baztán, horas después de que el viento y las lluvias arrasaran de madrugada el asentamiento en el que vive como refugiada desde que nació. Se trata de una emergencia humanitaria que profundiza la crisis que sufre la población saharaui desde finales de 1975 y tras los recortes de la ayuda internacional en los últimos años.
Si esto sucedía antes del verano, hoy la realidad es aún más extrema. Las ONGs siguen valorando los daños sobre el terreno, mientras llueve, y lo único que se sabe con certeza es que las familias de Dajla han perdido todo y que entre los damnificados hay otros niños y niñas que han pasado este último verano en Navarra dentro del programa Vacaciones en Paz. De hecho, Sáez confirma que entre las personas afectadas hay al menos cinco menores: Fatimetu, Rbiaa, Leftam, Mariam y Mohamed, aunque pueden ser más. “Todos se encuentran en buen estado, muy cansados, durmiendo sobre la arena, sin colchones, sin agua potable, sin alimentos suficientes”, asegura.
Desde la asociación Anas Navarra están esperando instrucciones de la Delegación Central Saharaui para poner en marcha una campaña de auxilio.