Niñas y niños refugiados saharauis de familias navarras, entre los afectados por las inundaciones en Dajla – DIARIO DE NAVARRA

Niñas y niños refugiados saharauis de familias navarras, entre los afectados por las inundaciones en Dajla – DIARIO DE NAVARRA

Las lluvias torrenciales que están cayendo en los campamentos de refugiados saharauis han arrasado uno de estos asentamientos donde sobreviven al menos cuatro niñas y un niño del programa Vacaciones en Paz. La pamplonesa Nerea Sáez Baztán,  madre de acogida de Leftam, cuenta cómo se está viviendo la situación desde Navarra

Imagen tomada este viernes 27 de septiembre por la mañana en el campamento de Dajla por la ONG Asociación de Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras (ATTSF).CEDIDA POR ATTSF

«Mamá, el campamento se ha convertido en un río con olas”. Este fue el mensaje que Leftam, de 10 años, envió el 23 de septiembre a su madre de acogida, Nerea Sáez Baztán, horas después de que el viento y las lluvias arrasaran de madrugada el asentamiento en el que vive como refugiada desde que nació. Se trata de una emergencia humanitaria que profundiza la crisis que sufre la población saharaui desde finales de 1975 y tras los recortes de la ayuda internacional en los últimos años.

Es tal la magnitud del desastre, que Leftam, sus hermanos, padres y abuelos, al igual que otros cientos de familias han tenido que desplazarse a una zona alta, alejándose así del peligro pero también de la luz eléctrica y los recursos más básicos. Se han convertido en desplazados dentro del propio campo de refugiados. Sin agua potable y sin alimentos, en el olvido, “frente a una comunidad internacional que mira hacia otro lado”, lamenta la madre de Leftam. De hecho, los medios y las autoridades hablan del huracán Helene en Florida y muy poco o nada del Sáhara Occidental.
En mayo, los principales periódicos de este país hacían una referencia a los saharauis. Titulaban que la población se encontraba al borde de la “tragedia humanitaria” por falta de comida y aludían al Programa Mundial de Alimentos, que alertaba de la reducción de un 30% de la cesta básica que distribuye en los campamentos por la subida de precios. Las ONG pedían más fondos.
Leftam, la más alta, junto a sus primas y una hermana.
Leftam, la más alta, junto a sus primas y una hermanaCedida

Si esto sucedía antes del verano, hoy la realidad es aún más extrema. Las ONGs siguen valorando los daños sobre el terreno, mientras llueve, y lo único que se sabe con certeza es que las familias de Dajla han perdido todo y que entre los damnificados hay otros niños y niñas que han pasado este último verano en Navarra dentro del programa Vacaciones en Paz. De hecho, Sáez confirma que entre las personas afectadas hay al menos cinco menores: Fatimetu, Rbiaa, Leftam, Mariam y Mohamed, aunque pueden ser más. “Todos se encuentran en buen estado, muy cansados, durmiendo sobre la arena, sin colchones, sin agua potable, sin alimentos suficientes”, asegura.

Hasta el lugar salieron el jueves del aeropuerto de Tinduf varios camiones de la ONG Asociación de Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras, con la que colaboran bomberos de Navarra, cargados con colchones, comida, agua embotellada y otros enseres.
 Los datos de la Media Luna Roja Saharaui reflejan la dimensión en Dajla: 520 familias afectadas y más de 300 desplazadas. Según un comunicado de este organismo: “La situación es de emergencia después de que decenas de casas (la mayoría de adobe) hayan sido arrasadas, al igual que las tiendas de campaña. A esto se le suman los importantes desperfectos que han sufrido las escasas reservas de comida disponibles y muchos de los equipamientos públicos con los que cuentan (escuelas, dispensarios, hospitales…)”.
Desde la asociación Anas Navarra están esperando instrucciones de la Delegación Central Saharaui para poner en marcha una campaña de auxilio.
El jueves partieron por la tarde varios camiones de la ONG Asociación de Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras en la que colaboran bomberos de Navarra. Ayer vienes llegaban a Dajla desde el aeropuerto de Tinduf cargados con colchones, alimentos y agua.
El jueves partieron por la tarde varios camiones de la ONG Asociación de Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras en la que colaboran bomberos de Navarra CEDIDA
La pamplonesa Nerea Sáez junto a su hija Leftam hace unos días en el campo de refugiados de Dajla.
Nerea Sáez junto a su hija Leftam en Dajla durante  la pasada Semana Santa.Cedida
«ESTOY DERROTADA, HEMOS PERDIDO TODO LO INVERTIDO»
Si Nerea Sáez Baztán contaba en este periódico en Semana Santa que había regresado a Pamplona “muy revuelta” después de haber visto la situación “tan extrema” que viven los saharauis en los campamentos de refugiados, y en Dajla en concreto, estos días confiesa que le cuesta describir lo que siente. No encuentra las palabras. “Estoy derrotada. Lo han perdido todo y nosotros también lo hemos perdido todo. Y sigue lloviendo…”. Su hija Leftam, 10 años, vive en Dajla, el campamento más alejado del aeropuerto. Una zona hostil, abandonada a su suerte con casa las mayoría de adobe y donde no llegan recursos. “Dentro del infierno hay otros infiernos”, describía así Dajla.
Aunque sentía “pánico” a volar, se armó de valor y en Semana Santa subió a cuatro aviones junto a otras familias navarras en un viaje organizado por la asociación Anas. Viajó con una mochila y una maleta de 23 kilos que facturó cargada con todo tipo de herramientas. Aunque la idea inicial era cubrir agujeros de los tejados de zinc en Dajla, al llegar no supo por dónde empezar. “Demasiados daños”, decía en abril. Y era tal el calor que cayó enferma. A la temperatura se sumó el shock que sufrió al comprobar cómo viven. “No imaginaba que aquello era así… Y si nosotros desde Pamplona les hemos ayudado con la jaima, el baño y el aire acondicionado…”. Nerea se recompuso y se puso a trabajar. Le llamó especialmente la atención la diferencia física entre los niños y niñas que disfrutan del programa Vacaciones en Paz y quienes no han podido salir.
Hoy aquel escenario solo es un espejismo. Las lluvias han formado un río que ha arrasado dos barrios, los mismos en los que viven Leftam y Fatimetu, dos niñas del Casco Viejo de Pamplona. “En total, que yo conozca son cinco niños navarros afectados”. A la lluvia hay que sumar el viento. “El viento se ha llevado los tejados”.
Las casas que no han caído por la lluvia se tienen que tirar por los destrozos.
Las casas que no han caído por las lluvias se tienen que tirar por los destrozosCEDIDA
Todo empezó hace quince días, con las primeras previsiones. “Llevaban dos semanas diciendo que iba a llover y que esperaban lluvias más fuertes que en 2015. Un año en el que Leftam y su familia perdieron la vivienda de adobe. Una semana después de aquella conversación telefónica, llegaron las lluvias y la jaima que Nerea compró para su familia saharaui se desplomó. Por suerte, los arreglos que pudo realizar en abril contrarreloj han ayudado a mantener la estructura de la vivienda en pie. Nerea y Leftam se comunican a diario, tal y como suelen hacer. “Les noto agotados porque no duermen por la noche. Los han trasladado a una zona alta donde no llega el río. Es una zona sin luz y sin agua. La Media Luna Roja ha empezado a repartir algo de ayuda, pero los abuelos lo han perdido todo”. Ahora sobreviven en una tienda de tela y duermen sobre la arena quince personas. “Pero los niños ya están cansados y quieren volver a sus casas”, sigue detallando. “Lo bueno que tiene este pueblo es la gente. A pesar de que les falta de todo y la ayuda internacional se ha reducido, el que tiene algo lo reparte con quien no tiene”.
En diciembre, tal y como hizo en abril, Nerea tiene previsto volar a Dajla. “Hemos invertido todos nuestros ahorros estos tres años, hemos hecho una apuesta grande, y solo pensar que tenemos que empezar de cero… Nos hemos quedado sin nada. En diciembre volveremos. No sé lo que encontraremos”.
Ayer, a las 18.25 horas, Nerea escribía: «A mitad de septiembre, mandamos un paquete y ha llegado hoy (por el viernes). Si hubiese sabido que iban a sufrir unas inundaciones, hubiésemos metido cosas más urgentes».
Leftam posa con el último paquete enviado por su madre de acogida desde Pamplona y que recibió ayer viernes.
Leftam posa con el último paquete enviado por su madre de acogida desde Pamplona y que recibió ayer viernes.Cedida

Origen: Niñas y niños refugiados saharauis de familias navarras, entre los afectados por las inundaciones en Dajla