Después de unas semanas de preparativos, de unos días de actividad frenética y de unas horas de nerviosismo mezclado con ilusión, por fin llegó el momento. Eran las cinco y media de la tarde. Un grupo de niños, ataviados con los trajes típicos, ofrecían dátiles en señal de bienvenida mientras el vicegobernador de la...
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